miércoles, 1 de agosto de 2018

Ser emprendedor exitoso, gay y activista LGBTI en Bolivia



Alejandra Pau / La Paz

Todos los días de su vida Ronald Yarari Palomeque elabora y vende 3.500 panes en San Buenaventura, en el norte de La Paz, abarcando casi la totalidad del mercado local. Su esfuerzo por establecerse como emprendedor gastronómico   le demanda la misma pasión que la lucha por los derechos de la comunidad LGBTI.       

Mañana se cumplen  nueve años de la aprobación del Decreto Supremo 189/2009 que establece  “el 28 de junio de cada año como Día de los Derechos de la Población con orientación sexual diversa en Bolivia”. 

FOTOS: Cortesía Soluciones Prácticas y Ronald Yarari
La fecha coincide con el Día Internacional del Orgullo Gay, que actualmente es llamado también del Orgullo LGBTI (lesbianas, gays, bisexuales, transexuales e intersexuales) en conmemoración  a  los Disturbios de Stonewall en 1969, en  Nueva York, Estados Unidos.

Para Yarari es una fecha que año tras año hace necesaria  una   evaluación sobre el camino recorrido por la comunidad LGBTI  y todo el   que falta por recorrer, sobre todo en localidades pequeñas como Rurrenabaque, Beni  y San Buenaventura.  

“Hacer activismo público, en una sociedad en la que el machismo se nota a flor de piel,  para visibilizar mis derechos  ha sido una de las cosas más difíciles (...). Ser empresario y ser homosexual (en Bolivia) es ser visionario. Aunque en otro contexto sería  normal, en el nuestro todavía hay que luchar por superar los  prejuicios  siendo lo que uno es. Demostrar que uno puede sin importar lo que digan”, detalla Yarari.

 Nacido en Rurrenabaque y criado en San Buenaventura, lugar de origen de su familia, supo que era homosexual desde que tuvo uso de razón. 

Haber  asumido quién era y negarse a vivir  en el “closet” en la capital de un municipio  que tiene 8.672 habitantes (Censo 2012), le valió a Yarari  ser víctima de bullying en la escuela, recibir golpes, insultos y ser discriminado por parte de habitantes de su localidad. 

En algún momento temió por su vida, pero eso no lo intimidó y decidió  estudiar gastronomía. En 2016  fue uno de los fundadores del Colectivo de las Diversidades Sexuales y de Género de Rurrenabaque. Su primera actividad fue organizar el evento Belleza Transformista. 

Hoy, a los 31 años,  es el director del colectivo, que tiene 15 miembros activos, y coordina acciones para difundir los derechos y la inclusión  de la comunidad LGBTI, y difundir las leyes y normativas   en Bolivia que las contemplan.  

Si bien reconoce que la gente hoy es más tolerante con los homosexuales, cree que la falta de inclusión y la discriminación es la problemática más palpable en estas dos localidades, sobre todo hacia la  personas  trans.

 La discriminación hacia las personas trans  se evidencia en el trato diario y en el  acceso a la salud, ya que a pesar de asumirse como mujeres  aún son tratadas como hombres.  

“A muchas compañeras  les gustaría  cambiar su nombre, como lo permite la Ley 807 de Identidad de Género, pero    no cuentan con recursos económicos para viajar a las capitales de departamento cercanas para hacerlo”, apunta Yarari.  

 El Hornito Casero

La gastronomía fue algo que siempre le gustó, empezó trabajando en un restaurante en Rurrenabaque. Después de  17 años se había convertido en   el cocinero a cargo. 

Fue su madre, quien elaboró pan desde siempre,  que lo animó a establecer su panadería y convertirse en emprendedor. 

Poco a poco  reunió dinero y en 2014 empezó a hacer el pan en su local que bautizó como el Hornito Casero.

“Es un pan más rico, tiene leche, matequilla, es una receta de mi madre. Empecé haciendo pan con media arroba (...), actualmente hago pan con dos quintales de harina y obtengo alrededor de 3.500 panes  que  vendemos a 50 centavos la unidad”,  explica el emprendedor. 

Desde las 12:00 hasta las 19:00 el Hornito Casero tiene sus puertas abiertas, en donde también se elaboran molletes,  tortillas, empanadas dulces y saladas, además de  pan de arroz, dulce y con queso. Los domingos también se preparan   tortas.

 Sueños y una vicepresidencia

El sueño de Yarari es tener una gran panificadora y una cadena de restaurantes de comida típica.  El paso inmediato es abrir un snack   para vender majadito, locro, sonso y más en San Buenaventura. 

Su impulso por ser una persona  exitosa lo ha llevado a ser un líder deportivo que fomenta la práctica del básquet en su localidad  y organizar competencias con localidades aledañas. 

Yarari  es también vicepresidente de la Asociación de Jóvenes  Emprendemás. Una entidad sin fines de lucro que   otorga un fondo rotatorio a los jóvenes interesados en formar parte  para comenzar o fortalecer sus emprendimientos.

     Este año la asociación, con apoyo del proyecto financiado por Christian Aid e implementado por Soluciones Prácticas, entregó 48.500 bolivianos a siete jóvenes de Rurrenabaque y San Buenaventura.  Yarari  fortaleció su emprendimiento gracias a este fondo en gestiones pasadas.   

Cree que para  llegar a ser representante de la juventud emprendedora  fue muy importante ser honesto consigo mismo. Esa ha sido su fortaleza  desde siempre  en un país en el que  hay crímenes de odio registrados  durante décadas y que no llegan a resolverse.  

Está convencido que el amor propio es el combustible para demostrarle al mundo que nada lo va a detener  y que  seguirá  difundiendo  los  derechos de la comunidad LGBTI en ambas localidades.      
  
 “Si bien se han lanzado leyes a favor nuestro,   la realidad es otra, como  tener una pareja y poder estar con ella en público, por ejemplo, aún la sociedad no se adapta (...). Las personas nos apuntan en la calle sin importar si somos buenos ciudadanos y eso es algo que tiene que cambiar”, enfatiza el activista.   

 Yarari cree que el precio que tiene que pagar por ser libre es lidiar a diario con las miradas, los murmullos, “pero eso me hace más fuerte. Ellos saben que no voy a bajar la cabeza y voy a seguir luchando”, concluye.     

Sobre el  28 de junio

Marcha este sábado La convocatoria para la  Marcha de las Diversidades en la ciudad de La Paz es para este sábado a las 18:00 en la avenida Arce, altura plaza Bolivia. 

Ubicación La panadería Hornito Casero se encuentra en la avenida Constitución y calle Cochabamba, en la localidad de San Buenaventura. 

Denuncia Este mes la comunidad de adultos mayores  de la comunidad LGBT de Bolivia denunció que la discriminación que sufre este colectivo se ve multiplicada en las edades más adultas en ámbitos como el laboral, lo que los convierte en un grupo social muy vulnerable, según informó EFE.

Fuente: Diario Pagina Siete

https://www.paginasiete.bo/gente/2018/6/27/ser-emprendedor-exitoso-gay-activista-lgbti-en-bolivia-184951.html#!

1 comentario:

  1. Todavía no puedo creer que no sé por dónde empezar, mi nombre es Juan, tengo 36 años, me diagnosticaron herpes genital, perdí toda esperanza en la vida, pero como cualquier otro seguí buscando un curar incluso en Internet y ahí es donde conocí al Dr. Ogala. No podía creerlo al principio, pero también mi conmoción después de la administración de sus medicamentos a base de hierbas. Estoy tan feliz de decir que ahora estoy curado. Necesito compartir este milagro. experiencia, así que les digo a todos los demás con enfermedades de herpes genital, por favor, para una vida mejor y un mejor entorno, póngase en contacto con el Dr. Ogala por correo electrónico: ogalasolutiontemple@gmail.com, también puede llamar o WhatsApp +2348052394128

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